El mediofondista, autor de la séptima mejor marca española de todos los tiempos en 800 metros, vuelve a la alta competición después de 19 meses parado por diferentes lesiones
Javier Mirón lleva diecinueve meses sin ponerse el dorsal de una gran competición. Su última cita importante fue el Campeonato de España absoluto celebrado en Getafe, allá por junio de 2021. Luego llegaron la covid, que le impidió acudir a un Europeo sub23 donde era el favorito en una temporada en la que había corrido los 800 metros, en Marsella, en 1:44.82 -séptima mejor marca española de todos los tiempos-, y una lesión que arruinaron sus opciones olímpicas. Año y medio después, el mediofondista de Ibi se encuentra en condiciones de recuperar el tiempo perdido y reaparecerá en su tierra, en un Gran Premi Ciutat de València que se celebrará el 25 de enero en la renovada pista del Palau Luis Puig.
“La ilusión que tengo es increíble. Tengo muchísimas ganas por volver a competir, por estar en el Palau Luis Puig, encima con tartán nuevo. Es una sensación que ya llevaba tiempo buscando. El año pasado casi lo conseguimos, pero una lesión me paró otra vez y tuve que confiar en que podría volver a la pista en 2023. Así va a ser. Estoy muy contento y con muchas ganas. Igual, después de 19 meses, las sensaciones puede que sean muy regulares pero a lo mejor son buenas. El otro día me puse los clavos por primera vez, después de ocho meses, y fue muy bien. La sensación de tener los clavos, aunque sufres, la echaba de menos. Creo que será parecido cuando me los vuelva a calzar pero con un dorsal en el pecho”, explicó el atleta de New Balance, que correrá el 1.500 en València y el 800, tres días después, en Sabadell. En su lista de objetivos están también el Campeonato de España y el Madrid World Indoor Tour en Gallur, aunque no quiere precipitarse: “Primero quiero ver las sensaciones después de tanto tiempo sin competir, pero confiamos y vamos con muchas ganas”.
En estos 19 meses solo ha corrido, por distracción, tres carreras populares desde ese fin de semana en Getafe en el que acusó la dureza de una pista en malas condiciones. “Ahí salí ya de las semifinales con el dedo gordo inflamado. Luego resultó ser una capsulitis que me creó una descompensación grave. Estuve todo el verano sin poder correr. Apoyaba y no podía empujar con el dedo gordo. Y era un año para intentar seguir los pasos de Mariano García, pero no pudo ser…”.
El dolor hizo que corrigiera la pisada y entonces castigó otros músculos. El alicantino, entre sesión y sesión en el fisioterapeuta, aprovechó para avanzar sus estudios de Terapia Ocupacional. Y así estuvo desde junio de 2021 hasta enero de 2022.
En Navidad volvió a pasar la covid, esta vez con mucha fiebre, y cree que, como consecuencia, le salió un ganglio en la cadera izquierda que le impedía correr. Luego aparecieron unos dolores en el tendón de Aquiles. Angustiado, Mirón pidió ayuda a un readaptador. El especialista midió los impulsos de los músculos de las dos piernas y descubrió que los de la derecha estaban descompensados. Le mandó una serie de ejercicios y el atleta de New Balance se marchó de concentración a Font Romeu, en los Pirineos, con la idea de salvar la temporada al aire libre.
Mirón volvió a Ibi a dos meses del Campeonato de España. Él estaba entrenando bien y decidió hacer un último esfuerzo en Sierra Nevada. Entonces volvió la tendinitis en el Aquiles y su entrenador, Luis Arenas, le dijo que lo mejor era dejarlo hasta que estuviera recuperado del todo.
Y hasta hoy. En diciembre cumplió 23 años, pero nunca se ha rendido. Mirón no ha perdido el apetito por el atletismo, por volver a ser una de las grandes promesas del mediofondo español, por intentar tutear a su amigo Mariano García. El día 25 será su reaparición en Valencia. Ese día, en el Palau Luis Puig, será el nacimiento de un nuevo Javier Mirón.